Según los conocimientos, competencia y posición de que gozan, los fieles tienen el derecho e incluso a veces el deber de manifestar a los Pastores su opinión sobre cuestiones que pertenecen al bien de la Iglesia, y también tienen derecho a hacer conocer su opinión a los demás fieles cristianos , con el debido respeto a la integridad de la fe y la moral y a la reverencia hacia sus pastores, y con la consideración por el bien común y la dignidad de las personas. [CIC, Codex Iuris Canonicus (1983), Can. 212, § 3.]

viernes, 1 de noviembre de 2013

EL EXTRAÑO SECUESTRO DEL PADRE ACKERMAN


El asunto se manejo con mucho hermetismo. El Arzobispo fue de los primeros en enterarse. Supuestamente y según los investigadores la noche del 15 de octubre con mentiras fue sacado de su casa, ubicada dentro de los terrenos del templo de Santo Toribio Romo, en la colonia Santa Fe.

Juan Carlos Ackerman Ayon, sobrino del controvertido Monseñor Eduardo, dueño del periódico Presencia. Carismático, jovial y excelente motivador fue secuestrado, esa fue la nota que poco a poco se fue difundiendo en Tijuana. 

Ackerman Ayon es prácticamente todo un showman en sus misas y en su manera de tratar a la gente. Su manera de ser le ha propiciado varios amigos y uno que otro enemigo.

Se ha sabido codear con la elite de Tijuana, gracias a su familia, que aunque no esté en una parroquia pecuniariamente importante tiene acceso a las altas esferas sociales de Tijuana y del sur de California. Incluso mantiene un estrecho contacto con la familia del actual secretario de Gobierno, Francisco García Burgos, de quien se podría decir es capellán familiar.

Una versión del secuestro dice que los secuestradores eran ex colaboradores de otro Sacerdote que tiene su parroquia ubicada en la Mesa.



Es extraña la manera en que se dio este secuestro ya que está todo muy raro. Los secuestradores supuestamente profesionales y extranjeros lo llevaron a la casa de uno de ellos (cosa rara en alguien que se dedique a ese giro delincuencial), el arzobispo siempre manejo que lo habían llevado a una casa de seguridad cuando esta no cumplia las características necesarias para ser una casa de seguridad, era una simple casa en el cañón del Sainz.

Otro dato que no cuadra es que los secuestradores le dijeron a la victima (en este caso al Sacerdote) que querían 30 mil dólares, cuando de ordinario los secuestradores se comunican con la familia de este o en su defecto con su superior, en este caso el Arzobispo de Tijuana. Y empieza una serie de negociaciones ya sea mediante teléfono o correo electrónico.

En este caso el mismo notifico mediante una llamada telefónica a su hermana que tenían que pagar la suma acordada, de inmediato ella se comunico con Monseñor Eduardo y este con el Arzobispo al mismo tiempo le notifico a uno de sus amigos el secretario de seguridad p{publica Alberto Capella de lo sucedido y la policía empezó a indagar. Después de varias amenazas a punta de pistola y en menos de 24 horas la policía lo rescato, desde luego no se pago la fianza, le fue mejor que a su primo Jacobo quien fue secuestrado en 2007.

Esto debe poner en alerta a los Sacerdotes de Tijuana quienes algunos tienen ciertos colaboradores de dudosa procedencia, secretarias y secretarios, sacristanes, incluso algunos hasta dicen que son sus parientes. Recordemos que en la Arquidiocesis ha habido varios casos de robos a Sacerdotes y muchos de ellos han sido perpetuados por sus ex trabajadores, concubinos o concubinas, quienes conocen y tienen acceso a la vida privada de los Curas y después los estafan o incluso los roban o hasta los matan, como mas de algún caso que ha sucedido en Tijuana.