Hablar del Seminario de Tijuana causa asco. Y eso lo pueden corroborar la mayoria de los ex alumnos y alumnos que han pasado por sus aulas desde hace mas de 20 años. El Arzobispo Romo piensa que el tener muchos Seminaristas es signo de fuerza, piensa que la cantidad y no la calidad le hace ver bien a esta institución tan importante en la Arquidiocesis.
Sin duda existen muy buenos estudiantes, no todo esta perdido, y han salido excelentes Sacerdotes que día a día luchan anunciando el Evangelio. Pero existen muchos casos de Seminaristas tan delicados que los mismos formadores saben y que han dejado pasar el tiempo mientras estos siguen dirigiendose al Sacerdocio.
Otro de los problemas que no se han tocado ni con el Presbiterio es que en meses pasados hubo varios Seminaristas que fueron despedidos del Seminario, otros mas cerraron matricula debido a la presión que imperaba en el ambiente de esta casa de formación.
Resulta que en este año el Vaticano ordeno una visita canonica dirigida por el Arzobispo de Hermosillo, la cual era fruto de la información que el ex rector Ortiz había envíado al Vaticano, en dicha información Ortiz Alonso ponia nombres de acusados y acusadores, muchos de ellos Seminaristas, quienes fueron llamados a declarar.
Esta visita canónica sirvió para los intereses de algunos formadores del corazón de la diócesis, quienes se aprovecharon y hicieron lo posible por despedir a estos alumnos, argumentando el no tener capacidad para el Sacerdocio, a otros mas se les sembró pornografía en sus cuartos y se utilizó para despedirlos sin objeción del Seminario, algunos al ver esta abominable caceria de brujas decidieron salir del Seminario, pero, los mismos formadores se encargaron de inflar los informes de los alumnos para que no pudieran ingresar a otra institución de formación.
Situación penosa la que vive el Seminario Arquidiocesano de Tijuana, esperemos que la Visita Canónica que se estará llevando ahora a cargo de la Arquidiocesis de Morelia de muchos frutos buenos, y que los alumnos involucrados no tengan miedo en hablar con la verdad.